Pseudoartrosis

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Tratamiento de la pseudoartrosis sin cirugía

Tras una fractura ósea, el tejido óseo suele ser capaz de regenerarse por completo. Un tratamiento conservador (inmovilización, órtesis, etc.) o una operación en la que se insertan clavos o placas de titanio (osteosíntesis) pueden curar completamente un hueso fracturado sin que queden restricciones funcionales. Normalmente se tarda entre 4 y 8 semanas.

Sin embargo, hay factores que influyen negativamente en el proceso de curación y aumentan el riesgo de retraso en la cicatrización ósea o de aparición de pseudoartrosis. Entre ellos se incluyen la inmovilización inadecuada del hueso afectado, una

tensión mecánica o un encarcelamiento del tejido circundante entre los fragmentos óseos. Las infecciones como consecuencia de una operación o la falta de riego sanguíneo en los huesos también pueden ser responsables de retrasar o impedir el crecimiento conjunto de los extremos óseos.

Algunas enfermedades, como la diabetes mellitus mal controlada, medicamentos como la cortisona o los citostáticos (fármacos contra el cáncer), así como la edad avanzada, también aumentan el riesgo de cicatrización incompleta.

Tratamiento con ondas de choque para la pseudoartrosis: una alternativa suave a la cirugía

Desde hace varios años, numerosos estudios científicos examinan la terapia con ondas de choque extracorpóreas (ESWT) como alternativa al tratamiento quirúrgico de la pseudoartrosis. Estos estudios confirman que la ESWT tiene una influencia positiva en la formación de hueso y conduce a la curación ósea hasta en un 85% de los casos, incluso en pseudoartrosis que han existido durante años - independientemente de la localización y el tipo de enfermedad. Esto corresponde aproximadamente a la misma tasa de éxito de los procedimientos quirúrgicos, pero prácticamente sin riesgos ni efectos secundarios. Por este motivo, la terapia con ondas de choque debería ser siempre el tratamiento de primera elección en casos de retraso en la consolidación de fracturas o pseudoartrosis inminente, tal y como recomendó el Consejo Asesor Médico de las clínicas BG en 2015. En nuestra consulta de Friburgo de ortopedia y osteopatía, llevamos muchos años utilizando este procedimiento para diversos cuadros clínicos y también hemos observado buenos resultados en pacientes con pseudoartrosis.

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¿Qué es la pseudoartrosis?

El término pseudoartrosis procede del griego (pseudos = falso, arthros = articulación). Se refiere a una falsa formación articular (mala cicatrización ósea) en la que el hueso afectado no vuelve a crecer unido de forma estable tras una fractura. Según los estudios, el retraso en la consolidación de la fractura o pseudoartrosis se produce en un 5-10 % de los casos. (1) Según la definición actual de la ESTROT (European Society of Tissue Regeneration in Orthopedics and Traumatology), el cirujano ortopédico hace el diagnóstico de pseudoartrosis si, en su opinión, una fractura no se cura sin más intervención. Contrariamente a las definiciones anteriores, la duración previa del tratamiento ya no desempeña ningún papel en este caso.(2) Para realizar un diagnóstico correcto en estos casos, el cirujano ortopédico debe tener un alto nivel de conocimientos y experiencia en este campo. Además de la historia clínica y una exploración física detallada, es necesario realizar radiografías para reconocer la falta de continuidad del hueso. En algunos casos, sobre todo si los resultados de las radiografías no son claros, también puede ser necesaria una tomografía computarizada (TC) o una resonancia magnética (RM).

Formas de pseudoartrosis

Los cirujanos ortopédicos distinguen entre formas atróficas e hipertróficas de pseudoartrosis. En la pseudoartrosis atrófica, el hueso ya no recibe suficiente irrigación sanguínea, por lo que no puede formarse nuevo tejido óseo (callo) en el lugar de la fractura y la brecha de la fractura no puede cerrarse. La pseudoartrosis hipertrófica -la forma más frecuente- se caracteriza por la formación de demasiado tejido óseo o cartilaginoso alrededor del foco de fractura, lo que impide la curación. En aras de la exhaustividad, también debe mencionarse la pseudoartrosis congénita, aunque es muy poco frecuente.


En principio, todas las fracturas óseas, independientemente de que se traten de forma conservadora (mediante inmovilización) o quirúrgica (osteosíntesis, inserción de clavos intramedulares o placas de ángulo estable), pueden dar lugar a complicaciones en forma de retraso en la consolidación de la fractura o formación de una falsa articulación (pseudoartrosis). Sin embargo, algunos huesos se ven afectados con más frecuencia que otros. Entre ellos se encuentran, por ejemplo, los huesos tubulares largos del muslo (fémur), la tibia o el brazo (húmero), así como el hueso carpiano, el escafoides y la fractura de la base del 5º metatarsiano (fractura de Jones).

Un caso especial es la fractura del hueso escafoides (fractura de escafoides).El hueso carpiano se encuentra en la vecindad directa del radio.Una fractura de escafoides no suele tratarse, ya que los pacientes ni siquiera consultan al médico debido a que los síntomas suelen ser moderados.Sin embargo, una fractura de escafoides no tratada alberga un alto riesgo de formación de pseudoartrosis, que puede provocar molestias permanentes, limitaciones graves y artrosis en la muñeca.

¿Cómo se manifiesta la pseudoartrosis?

La pseudoartrosis no se desarrolla repentinamente, sino que está sujeta a un proceso gradual. Son típicos el enrojecimiento y la hinchazón de la zona fracturada. Como en algunos casos la estabilidad del hueso se ve gravemente reducida, a menudo se produce una mala alineación, limitación del movimiento, problemas articulares y atrofia muscular en la parte del cuerpo o la extremidad afectada, cuya función se ve entonces gravemente limitada. La mayoría de los pacientes están especialmente angustiados por el dolor intenso, que al principio sólo se produce durante el movimiento, pero que también puede aparecer en reposo en fases avanzadas. Sin terapia, este dolor no disminuye sino que, por el contrario, se hace cada vez más intenso y, por tanto, crónico.

La cirugía de la pseudoartrosis es compleja y conlleva riesgos considerables

La pseudoartrosis es una afección de larga duración que no se cura por sí sola y que, por tanto, requiere tratamiento. La cirugía sigue siendo el tratamiento estándar. Se trata de una intervención a menudo más extensa que la primera, en la que se realiza una resección parcial del hueso afectado y se suele trasplantar tejido óseo de la cresta ilíaca en el hueco de la fractura o se utiliza hueso extraño o material de sustitución ósea. A continuación, el lecho quirúrgico debe inmovilizarse con un fijador externo o placas de ángulo estable. Esto significa que con este procedimiento son posibles numerosas y no desdeñables complicaciones. Además de hemorragias, hemorragias secundarias y hematomas, pueden producirse infecciones, trastornos en la cicatrización de las heridas, cicatrices y dolor postoperatorio crónico. Las lesiones nerviosas pueden provocar alteraciones sensoriales o parálisis. En algunos casos, puede producirse una reducción de la movilidad o rigidez articular. Tampoco puede descartarse el síndrome de Sudeck (CRPS). En este caso, el hueso está muy degradado, lo que provoca una inflamación dolorosa. Todos estos son riesgos de complicaciones, que por supuesto no se producen necesariamente, sino sólo en algunos casos. Sin embargo, el paciente siempre está sometido a un estrés considerable durante la intervención. Además, todo el tratamiento postoperatorio comienza prácticamente de nuevo. A veces, esto va asociado a largos periodos de rehabilitación y ausencia del trabajo.

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