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Artrosis de rodilla: el dolor de rodilla es muy estresante para los pacientes afectados

¿Sabe que la artrosis es la enfermedad articular más frecuente en el mundo? En el pasado, la artrosis se consideraba principalmente un problema mecánico. Sin embargo, hoy sabemos que se trata principalmente de una enfermedad inflamatoria de los tejidos blandos de la articulación afectada y sus alrededores. Esto provoca

un mayor desgaste y, en última instancia, la destrucción de la capa cartilaginosa de la articulación. Como consecuencia, los extremos óseos que se juntan dejan de estar suficientemente amortiguados y acolchados, de modo que, en el peor de los casos, rozan entre sí sin protección.

Casi cualquier articulación puede sufrir artrosis o artritis

La artrosis puede afectar a una gran variedad de articulaciones. Estadísticamente, la artrosis de rodilla y la artrosis de cadera son especialmente frecuentes. Sin embargo, bastantes pacientes también nos visitan porque tienen síntomas de artrosis en el hombro, el tobillo, las articulaciones facetarias de la columna vertebral u otras articulaciones.

Factores desencadenantes de la artrosis de rodilla

Según los descubrimientos actuales, la inflamación crónica a largo plazo de las articulaciones es un factor causal primario del desarrollo de la artrosis. Esta inflamación crónica, a menudo denominada "inflamación silenciosa", provoca un desequilibrio entre la formación y la degradación del cartílago, lo que a menudo causa el mayor desgaste del cartílago en la artrosis. Sin embargo, en algunos pacientes, especialmente los más jóvenes, la artrosis también puede aparecer como consecuencia de una lesión deportiva, una enfermedad reumática o una degeneración genética del cartílago. La obesidad, la falta de ejercicio, el estrés y la falta de sueño, así como las sobrecargas frecuentes, los trastornos metabólicos, las malas posturas y la edad avanzada son otros factores de riesgo importantes para el desarrollo de la artrosis.

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Los síntomas de la artrosis comienzan gradualmente y se intensifican en fases

Dependiendo del estadio y la progresión de su artrosis, puede sufrir dolores y molestias de intensidad variable. En las primeras fases, la artrosis de la articulación de la rodilla se manifiesta sobre todo con dolor de rodilla al realizar movimientos de impacto, como saltar o correr. Si el desgaste del cartílago de la articulación progresa o si el proceso inflamatorio de la cápsula articular y la mucosa articular se activa por otros motivos, también pueden aparecer dolor en reposo, dolor articular nocturno, dolor al iniciar un movimiento y sensación de tensión en la articulación, hasta llegar a la rigidez articular.

La artrosis de rodilla siempre repercute en todo el organismo

Con el tiempo, la artrosis de la articulación de la rodilla no queda sin efectos en todo el organismo. Los procesos patológicos en la articulación no sólo afectan a las superficies articulares, sino también a las estructuras circundantes, como huesos, músculos, tendones, ligamentos y tejidos. Con el tiempo, estos cambios dan lugar a cargas incorrectas, posturas de alivio y alteraciones en los patrones de movimiento del cuerpo. Esto significa que la artrosis de rodilla no sólo afecta a la articulación afectada, sino que también influye en la estática general del cuerpo. Esto puede provocar daños y dolencias en otras zonas, incluido el desgaste de las articulaciones vertebrales o los discos intervertebrales, debido a las cargas incorrectas resultantes.

La evolución de la enfermedad hace indispensable una terapia precoz de la artrosis

La artrosis puede ser más o menos grave. Es importante destacar que esta enfermedad comienza de forma gradual, independientemente de la articulación afectada. A menudo progresa sutilmente al principio y sólo causa dolor intenso, trastornos del movimiento o problemas con la capacidad de carga de la articulación en una fase avanzada. Gracias a los últimos descubrimientos sobre el desarrollo de la artrosis y a los modernos métodos de tratamiento regenerativo, ahora podemos retrasar considerablemente la progresión de la enfermedad y, a menudo, aliviar eficazmente los síntomas incluso en fases avanzadas. Sin embargo, una vez iniciada la degeneración del cartílago articular, actualmente no es completamente reversible.

 

Por eso son tan importantes la prevención y los conceptos terapéuticos que hacen hincapié en el tratamiento del proceso inflamatorio subyacente en las primeras fases de la artrosis de rodilla:

  • El primer paso es procurar llevar un estilo de vida lo más antiinflamatorio posible, teniendo en cuenta los siguientes aspectos: una dieta mediterránea rica en fibra y baja en carbohidratos, una cantidad equilibrada de ejercicio, una gestión eficaz del estrés y dormir lo suficiente.
  • Desde el punto de vista terapéutico, el primer paso, en función del grado de artrosis y del estado de activación aguda, es reducir la irritación aguda. La terapia con frío, la terapia con láser y la cinta kinesio son posibles enfoques terapéuticos en este caso.
  • En el segundo paso, la atención se centra en activar los procesos regenerativos. Esto afecta tanto a la zona del cartílago como al hueso subyacente, a menudo sobrecargado, al aparato cápsulo-ligamentoso que rodea la articulación, alterado por la inflamación, y a la mucosa articular. Para ello se utilizan ondas de choque focalizadas, el campo magnético de alta energía (EMTT) e inyecciones con plasma de la propia sangre del paciente y ácido hialurónico de alto peso molecular.
  • Al mismo tiempo, es muy importante restablecer la función del sistema muscular y fascial circundante y compensar las disfunciones estáticas, las posturas incorrectas y los desequilibrios musculares que provocan un aumento de la tensión articular. Aquí se utilizan tratamientos osteopáticos, terapias miofasciales con ondas de choque radiales, terapia de la fascia, ejercicios individuales, estimulación muscular periférica repetitiva y, si es necesario, terapia manual como parte del tratamiento fisioterapéutico.
  • El tercer y último paso consiste en identificar con precisión los patrones de movimiento desfavorables restantes, los desequilibrios musculares, las posturas de descarga y las cargas incorrectas y contrarrestarlos de forma específica. Para ello, realizamos un análisis completo de la postura y el movimiento en nuestro High-Performance Motionlab. En función de los resultados, puede completar con nosotros un programa personalizado de terapia de entrenamiento neuromuscular. También podemos crear un plan de ejercicios personalizado para usted o hacer recomendaciones para el diseño eficaz de su fisioterapia complementaria.